TERE GUERRA YA NO ES VOZ COMBATIVA DE PROTESTA

  • Fustigó a gobiernos opositores del priismo sinaloense
  • Sus manifestaciones, berrinches y hasta exigencias, le abrieron las puertas de acceso a políticos y gobernantes del viejo régimen que la beneficiaron

Xicoténcatl Barajas

La doctora Teresa Guerra Ochoa se distinguió por años al ser una combativa voz de protesta, de izquierda y representante de grupos vulnerables y enarboló causas sociales principalmente de mujeres.

Fustigó a gobiernos opositores del priismo sinaloense y a quienes pensaban diferente a sus ideales, pero también por su formación académica y jurídica supo venderse como una verdadera justiciera a la que muchas y muchos le creyeron por décadas.

Sus manifestaciones, berrinches y hasta exigencias, le abrieron las puertas de acceso a políticos y gobernantes del viejo régimen, de ese al que tanto desdeña pero del que de una u otra forma le dio beneficios aparentando ser una oposición implacable desde la tribuna en sus anteriores incursiones como diputada local por la vía plurinominal bajo las siglas del PRD.

En los sexenios de los cetemistas Juan Sigfrido Millán Lizárraga y de Jesús Aguilar Padilla, a la doctora y experta en materia laboral le fue muy bien, habló el mismo lenguaje de ellos y, como perredista de ese entonces, su brillo en el sol azteca resplandeció pero no quemó como una oposición real -como la ocasión en que el extinto comandante “Chuy Toño” Aguilar Iñiguez atendió con urgencia el llamado de JSM para  recuperar una camioneta que le habían robado para que no se hiciera aspaviento.

Con Mario López Valdez, siendo parte de aquella alianza en la que se juntó el agua con el aceite (PAN, PRD y Convergencia) para derrotar al PRI, Guerra Ochoa también fue beneficiaria  y sostuvo una relación política muy estrecha con el malovismo, principalmente, con Gerardo Vargas Landeros, secretario General de Gobierno de ese sexenio, en el que su hermano Juan Nicasio Guerra Ochoa, fungiera como secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, posición desde la que sembró y cosechó grillos.

Hoy, con MORENA dominando todos los poderes y tribunas del pueblo, Teresa Guerra Ochoa – como diputada local otra vez- y presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, no tolera que diputadas y diputados de oposición lleven las voces de ciudadanos a la más alta tribuna de Sinaloa.

Esto, tal vez porque le generan mucha guerra, tanto en el recinto legislativo como ante los medios de comunicación y, principalmente, con  el pueblo sinaloense que está siendo testigo de cómo desde el Congreso del Estado se reprime la libertad de expresión y la libre manifestación de las ideas en estos tiempos de violencia incesante, en los que la ciudadanía necesita ser escuchada y que exige justicia, clama por la paz y pide un alto a la guerra entre los dos carteles delincuenciales que matan, secuestran, roban y  desaparecen personas con tal impunidad.

Debe recordar la doctora Guerra Ochoa que, por años, hizo uso de  ese derecho como comentarista en algunos programas radiofónicos- incluso- un hijo de ella es comunicador de profesión y hasta ahorita ejerce su pleno derecho amparado en la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos.

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