- Se antoja insípida elección del poder judicial
- Urge la justicia pronta y expedita
Xicoténcatl Barajas
Concluido el periodo de promoción de quienes aspiran a ser electos y ser parte de la reforma al poder judicial y, desde luego, de la historia, estos pasaron inadvertidos para la gran mayoría de los mexicanos, pues en ese lapso no se logró conocer a todas y todos los contendientes, mucho menos sus propuestas y proyectos para orientar e informar a la sociedad para convencer a un electorado que, desde ya, se vislumbra apático en las urnas, aun cuando todo el poder del estado federal y de las entidades estatales y municipales gobernadas por MORENA promueven la elección del próximo 1 de junio. En los casos que más se conocieron los aspirantes fueron los expuestos por tener vínculos con líderes de poderes facticos y políticos que, de una u otra forma, han torcido por años la ley traficando con influencias a su favor, sean del hampa del narcotráfico o de la delincuencia política que también está bien organizada. En fin, el proceso de elección es novedoso pero plagado de trampas y mañas- han dicho varios expertos en la materia- y de ser así, al final de cuentas influirán esas condiciones para el desánimo de los ciudadanos críticos, analíticos y opositores a este modelo de justicia que se busca implantar en el México de hoy gobernado por la izquierda, ya que, no es posible, que con los métodos procesales vigentes los juicios sean tan largos que muchas veces los interesados los pierden por cansancio o, por la impunidad y cohecho que priva al interior de los juzgados tanto federales como del fuero común y, esto, lo digo por experiencia propia, pues desde el año 2014 he transitado por un camino tortuoso en materia penal derivado a una denuncia que interpuse por el delito de despojo agravado doloso de un bien inmueble de mi propiedad, esperando en esos 11 años que la justicia llegue, pues en todo ese tiempo el peregrinar por el juzgado y los honorarios de abogados han sido desgastantes, sin embargo, más preocupante es la nula impartición de la justicia, que como en mi caso, ha sido injusta, pues el indiciado después de haber pisado la cárcel y salir bajo fianza sigue gozando de libertad e impunidad y, peor aún, usufrutuando y deforestando el terreno rustico del cual he sido despojado prácticamente con la complacencia del poder judicial de Sinaloa.
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