Xicoténcatl Barajas
Pionero de su apasionado oficio en Culiacán, reconocido por banqueros, empresarios, funcionarios públicos y políticos de varias generaciones y épocas, Don Víctor Landeros abrió las cerraduras del oficio en Culiacán desde muy joven con las llaves de la necesidad y se encadenó para siempre en lo que ha sido su empleo de por vida.
Entre candados, chapas, cajas fuertes de seguridad, bóvedas secretas, llaves, puertas, blindajes, cadenas, cerrojos y picaportes de casas, oficinas, bancos, cajones de escritorios, archiveros y vehículos, Landeros tiene casi 7 décadas trabajando y prestando sus servicios no solo en Culiacán, sino, en gran parte de Sinaloa y otros estados del país.
Originario de la Cruz de Elota, llegó a la capital sinaloense como todo joven buscando el bienestar con visión de progreso y se empleó en varias empresas mercantiles de la ciudad del ramo mueblero por allá en el año de 1952, pero sería en 1963 cuando el destino lo llevó a su actual empleo que le permitió formar y sostener una familia honesta y trabajadora junto con su señora esposa, María del Rosario Romero Ruíz.
Hasta hoy en día siguen sus pasos algunos de sus hijos, dedicados con mucha entrega a este noble quehacer que, al igual que en todos los sectores, está siendo “moldeado” por las nuevas tecnologías, teniendo que adaptarse a los cambios para seguir abriendo las cerraduras, candados y cadenas que la vida le ha puesto, sin olvidarse de las ganzúas, que son de sus principales herramientas, aun y cuando la electrónica y el internet llegaron a complementar y reforzar la cerrajería.

Don Víctor, quien fuera un gran amigo de nuestro recién fallecido director fundador de la revista ¡AQUÍ POLÍTICA CON TAMBORA!, Agustín Barajas Zambrano, en amena entrevista recordó con lucidez episodios de su vida laboral y personal que lo marcaron y que hoy pueden contarse como anécdotas, siendo una de ellas el asalto al Banco Provincial de Sinaloa en 1982 en el puerto de Mazatlán, donde fue encerrado por los asaltantes que le exigieron abrir las cajas fuertes y bóvedas para poder extraer el dinero, queriéndolo matar al instante, sin embargo, la policía de aquel entonces actuó de manera inmediata.
En su memoria, el señor Landeros tiene bien presente sus inicios en esta labor en el año de 1963. “Entro yo a trabajar en un negocio de venta de muebles de oficina haciendo el aseo, entonces me hicieron cobrador en un mes y después acompañé a otros compañeros a abrir los cajones de escritorio de BANAMEX, BANRURAL y BANORO; así me trajeron haciendo pininos hasta que les empecé a abrir cajas fuertes. Pero esto yo lo traía desde chamaco porque mis padres tenían en vez de ropero cajas de madera para guardar los valores y yo las abría con un alambre”.
Así, el decano cerrajero con 62 años de experiencia abrió las puertas de su modesto taller para compartir parte de lo que ha sido su trayectoria, entre las que destaca ser el único en poder dar mantenimiento a las más sofisticadas cajas fuertes de muchas dependencias de gobierno -con el aval de gobernadores- así como los cajeros automáticos de varios bancos, teniendo hasta hoy en día la exclusividad con los servicios panamericanos de valores desde que llegaron a Sinaloa a mediados de la década de los años 60 del siglo pasado.
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