Redacción
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo cumple su primer año en funciones y, al mismo tiempo, la guerra al interior del cártel de Sinaloa, también, la cual ha dejado una estela de muerte y desesperación por los caminos en donde los sicarios pertenecientes a las facciones en pugna se han enfrentado, teniendo como resultado estimado que, al menos, hasta septiembre de este 2025, más de 2000 personas han pagado con su vida y otras 2000 han sido privadas de su libertad sin que hasta el momento se tengan indicios de su paradero, superando las capacidades de la autoridad local y convirtiendo a Sinaloa en una zona inestable que ha tenido que ser tomada por la federación y los mandos militares, a efecto de revertir la situación que, paralelamente, ha mermado la calidad de vida de sus habitantes en todos sus aspectos.
Destacándose un grave impacto psicológico y educativo en las nuevas generaciones, así como el colapso del sector económico y social, con el cierre de cientos de negocios y pérdidas millonarias, con las pequeñas y medianas empresas como las principales afectadas por este clima de inseguridad que no parece tener fin, sobre todo, en el centro de la tierra de los once ríos, en el municipio de Culiacán, la capital sinaloense, en donde la cotidianidad se ha convertido en un espectáculo macabro en donde sus habitantes son testigos de actos atroces y desgarradores.
De tal manera que, la deuda adquirida con Sinaloa por Claudia Sheinbaum al inicio de su gestión como jefa del ejecutivo federal no ha sido saldada pese a los esfuerzos y la encomienda dada a Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, que, si bien, visita constantemente la zona del conflicto en el entendido de supervisar la estrategia de seguridad, los ciudadanos no quitan el dedo del renglón al reclamar lo que justamente merecen, una y otra vez, al ver como la vida de personas inocentes y menores de edad son arrebatadas de manera brutal y bestial, lo que ha acrecentado el repudio no solo en contra de quienes ejecutan estos actos sino también sobre aquellos que los permiten con total impunidad y sin consecuencias que reparen el daño hecho a la sociedad.
Por lo que, el reto para Claudia Sheinbaum Pardo y su hombre de confianza en la materia, sigue vigente y su resolución debe de ser un punto neurálgico de su sexenio, pues, además está en juego, un alto costo político que sería incalculable para el proyecto de la mandataria y, por ende, de igual forma para el movimiento de la cuarta transformación, en la tierra de los once ríos y otras regiones del territorio mexicano.
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