Xicoténcatl Barajas
Fracasaron en su intentona por desactivar la mega manifestación de los productores agrícolas, cuando le aseguraron al gobernador, Rubén Rocha Moya que ellos tenían el control casi total de los agremiados en sus organizaciones, la cuales en realidad resultan ser de membrete y fantasmales.
Eso quedó evidenciado en la toma de las casetas de peaje en las carreteras federales del centro y norte del estado, así como en el bloqueo y la manifestación por las calles principales de Culiacán que realizaron ejidatarios, pequeños propietarios rurales y comuneros que sufren y aguantan el desinterés del gobierno federal por mejorar las políticas del campo.
Los falsos redentores de quienes hacen producir la tierra sinaloense y, que viven como satélites de los gobiernos morenistas, no sirvieron como barrera de contención y, la desbandada de miembros de sus organizaciones que acudieron a la convocatoria de la rebelión nacional para exigir a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural que dirige el sinaloense Julio Berdegué Sacristán fue una realidad, siendo rebasados por la organización de Campesinos Unidos de Sinaloa que, seguramente tiene su juego político y es movida tras bambalinas rumbo al 2027.
La falta de liderazgo y el engaño que le hacen al mandatario estatal los costosos pseudodirigentes que mes a mes pasan por su cuota a las oficinas del secretario de Agricultura del Gobierno del Estado, Ismael Bello Esquivel debe tener consecuencias, porque es mucho el dinero que se dilapida en ellos y, a la hora de necesitarlos no sirvieron de nada, fueron avasallados por los enardecidos manifestantes.
Rocha Moya había pedido a los productores esperar una respuesta o promesa más del secretario Julio Berdegué, quien, por instrucciones de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo busca la forma de solucionar los problemas que los aquejan.
Sin embargo, aquí en Sinaloa, Miguel Ángel López Miranda, Ulises Gaxiola Rodríguez, Francisco Meza López, Ignacio Leal, Armando Uribe, Emilio González Gastélum, Manuel León Perea, Agustín Espinoza y otros, fueron incapaces de contener a los que dicen representar y les brincaron las trancas, demostrándose así que son falsos redentores del campo que le salen muy costosos al sistema de gobierno.
Entonces; ¿para qué son los líderes?
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