Redacción
Sobre aviso no hay engaño, y, finalmente, los agricultores, de toda la república mexicana, decidieron tomar las carreteras tras los infructuosos acuerdos por parte de la administración federal, en el establecimiento de un esquema justo de comercialización del maíz y apoyos a la labor del campo mexicano. Una liga que ya no se podía estirar más y que arrastra una serie de circunstancias desfavorables para este oficio desde hace algunos años.
Por lo que, la reacción de quienes se han dedicado a ello, sea la de bloquear la circulación y el libre tránsito como una medida de protesta ante lo que consideran un agravio a su trabajo por parte de las autoridades y de los grandes industriales como MINSA y MASECA, que, insisten en cometer un atraco en contra de los productores agrícolas y las cosechas producidas, sobre todo a los sinaloenses, quienes son líderes nacionales en la producción de maíz blanco, el cual llega a la mesa en diferentes productos y presentaciones de millones de mexicanos.
Por lo tanto, los productores de la tierra de los once ríos han tomado las casetas de Cuatro Caminos en Guasave, la de Costa Rica y El Pisal en Culiacán, San Miguel Zapotitlán en Ahome, todas importantes para el traslado de carga interestatal y de personas que utilizan los autobuses de las distintas líneas de transporte para moverse a otros municipios o fuera del estado, lo que ha generado las primeras pérdidas económicas y afectado a los pobladores, en este sentido, los productores agrícolas pidieron comprensión al pueblo sinaloense, pues, la lucha que encabezan, refieren, corresponde a todos, por ser la agricultura la columna vertebral de la actividad económica, social y cultural de esta región del pacifico.
Al respecto, el gobierno de México, presidido por Claudia Sheinbaum Pardo, ha sido ambiguo en su postura en torno a las acciones emprendidas por los trabajadores del campo y las resoluciones que se deben de dar al conflicto, con el secretario de agricultura y desarrollo rural, el escuinapense, Julio Berdegué Sacristán como responsable del tema, quien, sin embargo, parece estar lejos de ponerle un punto final a la problemática que se está suscitando, dando a entender que posiblemente esté apostando a una guerra de desgaste.
No obstante, la proclama de los lideres agrícolas insurgentes es clara y sin intenciones de dar marcha atrás, puesto que, la crisis que se vive es una realidad que está afectando a todos los sectores, sobre todo en aquellos estados en donde la agricultura es la base de todo, como lo es Sinaloa, de ahí que, esta tierra, sea una de las más enérgicas en cuanto a la protesta se refiere, ya que, ante el incesante clima de violencia que ha paralizado a otros rubros, la caída del campo sinaloense sería la estocada definitiva para su gente, por lo que, es urgente que el gobierno de Claudia Sheinbaum ponga a disposición por el bien todos, la logística del aparato estatal para resolver la situación.
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