En los corrillos del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, es un secreto a voces que su dirigente Armando Heraldez Machado está convertido en un títere de Arlet Cerón Castro, quien en el sexenio malovista llegó de golpe y porrazo al organismo con ínfulas de supremacía y con todas las atribuciones para hacer y deshacer a su antojo, partiendo y repartiendo el pastel stasista bajo su complacencia, incluso, hasta una oficina especial le fue habilitada para eso.
¿Quién es esa dama que parece tener hipnotizado y trastornado a Armando Heraldez Machado?
Es la pregunta que se hacen muchos stasistas y hasta cercanos colaboradores, quienes han sido testigos del distanciamiento de Armando con algunos de los que fueran sus fieles adulones y que empujaban fuerte el proyecto de la reelección de quien algún día supo ser amigo y buen líder.
Arlet Cerón, es nada más y nada menos que la hermana de Eva Luz Cerón Castro, una de las principales operadoras del malovismo que fungió como representante del Seguro Popular en Sinaloa y, que de acuerdo a fuentes dignas de todo crédito será investigada junto con el ex secretario de salud, Ernesto Echeverría Aispuro por supuestos malos manejos del dinero público.
De la mochiteca -se sabe- que ha tenido la habilidad para hacer de Armando una marioneta, además, ha logrado meterle en la cabeza la enfermiza obsesión de la reelección, cuando la inmensa mayoría de los trabajadores sindicalizados no están de acuerdo y han creado movimientos y corrientes internas para manifestar su inconformidad y rechazo por la forma dictatorial con la que se pretende seguir manejando el STASE, pues los estatutos –acusan- fueron reformados a modo para concretar su permanencia por otros cuatro años, además de los seis que ya tiene.
De norte a sur, cientos de stasistas coinciden en que el cambio de personalidad que asumió Heraldez Machado radica en “la borrachera de poder” que le ha puesto esta fémina malovista, de quien se comenta que sostiene con él una relación más allá de la amistad, pues actúa como si fuese su guía espiritual y hasta su misma sombra, ya que, decide por él casi en todos los asuntos, principalmente en el financiero, haciendo a un lado a la jefa de las finanzas, Graciela Meza Iñiguez.
Los grupos antagónicos y detractores del heraldizmo, sin mordaza pregonan por todas las áreas de trabajo del Gobierno del Estado que a Armando le urge que le “tapen” sus latrocinios, como es el tema de los supuestos 1, 600 millones de pesos de deuda al IPES que, en realidad –dicen- son 3, 000 millones de pesos que la administración malovista agarró como caja chica.
Hay quienes dicen que Armando se volvió ególatra, soberbio, mentiroso, represor e intolerante, tanto, que se está quedando solo en su burbuja de ilusiones, pues entre sus desvaríos y sueños guajiros pasa por su mente imponer de manera caprichosa a la señorita Arlet Cerón Castro como secretaria general del sindicato en caso de no cuajarle su artimaña.
Para esto, Armando echó a andar una maquinaria operada por plumíferos liderados por un conductor de conocida televisora que, supuestamente, recién acaba de basificarse como maestro en la preparatoria STASE.
Como regidor de Culiacán, se ha visto a un Armando Heraldez extraviado y preocupado, pero no por servir a los culiacanenses, sino, porque está pensando cómo perpetuarse en la dirigencia del STASE a costa de lo que sea y como sea, olvidándose que en Sinaloa ya soplan aires marítimos desde la perla del pacífico.