El playero
Daño colateral. Desde la campaña a la presidencia municipal de su tío Fernando Pucheta Sánchez, despertó la atención de propios y extraños. Su parentesco con quién a la postre fue el ganador de la contienda local no paso desapercibido para los enemigos políticos, quienes vieron en él, la oportunidad para golpear a la cabeza y desacreditarle las acciones. De nada le sirvió tener una carrera política amplia de varios años atrás en donde creó su propia historia sin depender de otros. Tampoco le sirvió ser la persona que dio la cara en la ardua lucha por la defensa del voto priista que al final de cuenta se inclinó a su lado. No, a Guillermo Quintana Pucheta le tocó bailar con la más fea. Su capacidad de negociar lo colocó como encargado de Asuntos Jurídicos en el Ayuntamiento de Mazatlán lo cual aceptó de inmediato. Cuando parecía que todo marchaba en forma tranquila, sus detractores, principalmente regidores de otros partidos políticos distintos al PRI comenzaron a golpearlo debido al parentesco con el primer edil. De este grupo de regidores quienes se encargaron de golpear al hoy ex funcionario, sobre sale el panista Enrique Calderón Lizalde quién cuenta con un grupo de aliados de la administración feltonista, los cuales pretenden posicionarlo en busca de la candidatura próxima a la alcaldía de Mazatlán. Por principio de cuentas, los ediles, acusaron a Quintana de nepotismo, después malos manejos y al final incapacidad para desempeñar su puesto. Ninguno de esos argumentos pudieron comprobar pero, a la postre, esto sirvió para que el funcionario conocido como “El Tato”, el día 27 de Marzo presentará su renuncia y anunciará que se regresaría a laborar a su despacho el cual atiende desde hace muchos años. Versiones sin comprobar indican que el Quintana Pucheta recibiría un puesto en el gobierno estatal encabezado por el también mazatleco Quirino Ordaz Coppel, lo cual hasta el momento no ha sido confirmado.
Todos por el hueso. Pareciera un puesto más, pero no es así. La comandancia de la Policía de Tránsito en Mazatlán ha sido uno de los lugares más codiciados por propios y extraños desde el inicio de la presente administración. Apenas transcurrían los primeros días del inicio de la administración “Puchetista” y tras la llegada del Teniente Coronel de Caballería Joel Ernesto Soto, se dio el primer cambio en la Subdirección de Tránsito. Aarón Aguilar Iñiguez, hermano de Jesús Antonio “Chuy Toño” Aguilar Iñiguez, era relevado en el puesto y en su lugar entraba el agente originario de Villa Unión, Daniel Salazar. La decisión fue muy clara, sacar de la jugada al hermano del ex comandante de la Policía Ministerial.
Cuando apenas se acomodaba en el puesto después de una semana, Daniel Salazar es relegado del cargo de comandante y en su lugar entró Vicente Flores
García, otro oriundo de la sindicatura de Villa Unión. Tristemente Daniel Salazar dejó el cargo que con mucho entusiasmo asumió. La explicación que le dieron fue una, nunca tuviste un cargo de comandante sino de encargado. Al paso de los días y cuando se suponía que Flores García se quedaría con el anhelado puesto, unas desafortunadas declaraciones de este ante los medios de comunicación en las que asumió que le beneficiaría mas la implementación del PAR VIAL, dieron fin a su mandato, dejando el puesto a Jorge Armando Olivas Valentín entre variadas críticas de algunos de sus compañeros. Pues bien, ante una arreciada de cuestionamientos y sin decir palabras, Olivas Valentín comenzó a realizar su trabajo callado poco a poco dando grandes resultados. Hoy, a unas semanas de haber asumido el puesto, el comandante Olivas debido a su constante trabajo y prontos resultados es bien visto no solo por el presidente municipal de Mazatlán Fernando Pucheta, sino, por el secretario policiaco y el gremio de tránsito demostrando que la decisión que recayó en el, fue la más acertada de la baraja de candidatos.
Con los brazos cruzados. La celebración del Tianguis turístico de Acapulco representaba la hora de la verdad. Ante la proximidad del evento, los escuinapenses esperaban con gusto el anunció en que el gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel o alguna autoridad federal anunciara el despegue total de una inversión grande hacia El Centro Integralmente Planeado, “Playa Espíritu”, en Teacapán, Escuinapa, lo cual sería el detonante para poner el destino en el ámbito nacional como uno de los nuevos sitios más completos, generando fluido de turistas y con ello la creación de miles de nuevos empleos. Sin embargo, esto no ocurrió así. Tras una reunión con el director de Fomento Nacional de Turismo, Miguel Alonso Reyes, el propio mandatario estatal mencionó que el CIP es un proyecto que no cuenta con los factores atractivos para los inversionistas, es lento y se van a buscar otros proyectos, mas no seguir invirtiendo en él durante la administración. Esto fue un baldazo de agua para los escuinapenses, quienes ahora presionan al alcalde Hugo Enrique Moreno Guzmán para pugnar porque dicha obra salga adelante y no se quede solo con un “elefante blanco” o, como un proyecto que fue dejado por ser incentivado por otros colores partidistas. El gobernador declaró que es un proyecto que nació -todos pensamos y creímos que realmente- con la intención con la que se definió, pensamos que le iban a invertir los recursos necesarios para que estuvieran listos en 6, 8 años o 10 años, pero al ritmo que van en inversión pues es muy lamentable ver que eso no está creciendo a los niveles requeridos para poder tener un centro, destacó. Síganos; léanos: www.politicacontambora.com