- Los hombres del campo le exigen al Gobierno Federal que no desmantele las instituciones agrícolas; el Presidente agarra monte y los tilda de corruptos
Redacción
En días recientes más de 50 mil productores realizaron movilizaciones y bloqueos en varios estados del país con el fin de exigirle al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador que detenga el desmantelamiento a las instituciones dedicadas a apoyar a los campesinos mexicanos. En respuesta el mandatario nacional desacreditó el movimiento y pidió a los líderes irse acostumbrando porque ya se acabó “el moche, el piquete de ojo”.
En una de sus famosas conferencias mañaneras resaltó que se está actuando con justicia para asegurar que los beneficiarios reciban los apoyos de manera directa, al recordar que el subsidio limitado al campo se le entregaba a los de arriba, los de influencia, los que tenían agarradera, capacidad de presión. A los más humildes nada. Si acaso despensas o frijol con gorgojo.
“Recursos públicos se entregaban hasta a organizaciones no gubernamentales, y se quedaba mucho dinero en la intermediación o por actos de corrupción. Líderes con sus camionetas de lujo, cinto pitiado, sombrero texano, camisa de cuadro de marca, líderes nylon”.
“Así como había potentados que cometían fraude y gozaban de impunidad, 10 campesinos que actuaban como intermediarios se quedaban con los beneficios. También había dirigentes sindicales que recibían recursos adicionales del gobierno y hasta medios de comunicación que cobraban por sus servicios”.
A muchos de los dirigentes campesinos, que incluso son legisladores de Morena, no les gustó que el presidente López Obrador los llamara “líderes nylon” y no tardaron en responderle.
El primero en replicar fue Eraclio Rodríguez Gómez, presidente de la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria en el Congreso de la Unión, quien al ser entrevistado en un programa de radio sinaloense defendió a los productores agrícolas de sendos señalamientos.
“A mucha gente le digo: cuando vayan por la calle y se arrime uno de sombrero seguramente no habrá riesgo de que los asalte, pero si se arrima uno de corbata, ¡abusados!, porque los de corbata son los que tienen a este país en estas condiciones», dijo apuntando hacía el mandatario nacional. Luego añadió.
«Con esto le dejo dicho al Presidente, que nosotros no somos corruptos, sí tenemos intereses personales porque somos campesinos, somos productores y ese es nuestro interés, lo hemos demostrado en los momentos más difíciles de este país, cuando las sequías, cuando se ha venido una recesión, los únicos que hemos sacado la cara por este país, somos los productores del campo».
Más tarde, en entrevista con medios nacionales siguió mostrando el malestar con quien en teoría es su líder político y le exigió respeto.
“Yo creo que no es tan puro como para calificarnos a todos, yo no lo estoy acusando de corrupto simplemente digo; nadie es tan puro para tener la calidad moral de calificar a los demás, respetémonos, nosotros le exigimos al Presidente respeto a nuestras personas”, apuntó.
“Es una manera de vestir, pero además si traemos botas caras o baratas es el esfuerzo de cada quien…Yo le puedo decir a ustedes que yo estoy dispuesto a subirme a la báscula con el que ponga el Presidente, de todos sus funcionarios y, que nos suban a la báscula, la báscula de la corrupción, a ver para donde se inclina la balanza y, me subo con el que el Presidente decida” fustigó el diputado federal.
El desdén del Presidente llevó a los hombres del campo a tomar por unas horas el Congreso de la Unión, sin embargo, ni esto fue suficiente para doblar al terco mandatario nacional que desde hace varios meses ha venido dejando sin trabajo a miles de familias que durante años laboraron en la extinta SAGARPA y ya no pudieron seguir en la malograda SADERA.
En el caso de Sinaloa también hubo manifestaciones, pero en esta no estuvieron presentes los líderes de organizaciones que tradicionalmente suelen representar al campo sinaloense y, por lo contrario, encabezó el movimiento Serapio Vargas Ramírez, quien pudimos constatar, efectivamente llevaba camisa de nylón y a cuadros renegando de AMLO a quien antes veía como su Dios.
