Xicoténcatl Barajas
Al conocer la noticia de que el diputado local, Ocadio García Espinoza se encuentra bien de salud y levantando de nuevo la mano en el Congreso del Estado, los parroquianos y asiduos bebedores de las suculentas y espumosas ambarinas que se sirven en los tradicionales bares de rompe y rasga de Culiacán, festinaron el hecho y esperan impacientes a su gran amigo de farras, a quien tienen años conociendo como un luchador y bebedor incansable.
El líder campesino, quien antes sirvió de satélite de los gobiernos del PRI para presionar con los pagos de las cosechas a los “coyotes” semilleros y pircarle las costillas a uno que otro funcionario del ramo agropecuario por encargo, será bienvenido cuando entre por la puerta grande a sus lugares predilectos.
Las meseras, el bolero y la pollera que fríe las sabrosas aves que son una tradición entre los briagos, lo esperan con ansias para atenderlo como él se lo merece-dicen- “a cuerpo de Rey”.
Solo es cuestión de tiempo para verlo de nuevo en los tugurios, aunque otros dicen que ya es la segunda advertencia que le manda el todopoderoso y por prescripción médica se tiene que cuidar y abstenerse del consumo de alcohol, porque además, la cuarta transformación de AMLO no paga costosas cirugías como la primera que le pagó MALOVA siendo gobernador, ni tampoco lo apoya tanto como Quirino Ordaz Coppel en Sinaloa.