Redacción
- Se le inundó el periodo a Estrada Ferreiro
A dos años del arribo de un “extranjero político” emanado como un vapor desagradable de los tribunales más ominosos de la capital sinaloense y que ahora ostenta el título de Presidente Municipal, Jesús Estrada Ferreiro ha dejado en claro que no solo en los desastres pluviales causados por las lluvias de la ciudad le ha llegado el agua hasta el cuello, pues, su administración no fue lo que esperaban los que lo apoyaron en el camino al escalafón del poder, como para aquellos que siempre pusieron en duda su posición como representante de las políticas públicas de Culiacán.
No bastaron sino unas cuantas horas, días y semanas para que este personaje sacara los dientes, demostrando ser un bravucón innato y experto en embates de escaramuzas o riñas de mercado. Nadie sabe para quién trabaja, pues parte y reparte a diestra y siniestra, pero si con alguien se ha ensañado con su ya característico mal humor conocido por los culichis, es con los medios de comunicación, quienes no se han dejado mangonear por alguien de su calaña y, con valor tampoco han desamparado a los ciudadanos llevando cuando se requiere la información de las fechorías y desventuras del supuesto edil.
Hay quienes dicen verlo a altas velocidades, yendo y viniendo por el sector céntrico de la ciudad, en su lujosa Suburban blanca, como el color que le gusta siempre vestir, con esas holgadas guayaberas, las cuales no se mancha a la hora de comer en cierto restaurante de comida china, en donde pasa mucho tiempo que podría invertir en su trabajo, ya que, mientras él se da sus gustos la ciudad está hecha un caos.
Cabe preguntarse ¿Cómo alguien aparentemente estudiado en materia de leyes representa todo lo contrario de lo que estas dictan? pues, Estrada Ferreiro, una vez más y como ya es costumbre, pone también en duda su capacidad para la abogacía, aunado a esto que se dice por ahí que la única ley que conoce, es la del “amigo billetín”, pues dicen quienes le conocen hasta sus mañas, que se la pasaba haciendo ostentosos trueques en los juzgados, de los que seguramente recibía su mochada.
Estrada Ferreiro, en su trajinar diario por los pasillos de los juzgados y módulos del penal de Aguaruto se ganó el mote de abogansgter en alusión a Armando Calvo quien caracterizó al licenciado Barrios en la película mexicana filmada en 1950 “Entre abogados te veas” en la que debutó como un traficante de influencias, queriendo aplicar las mismas artimañas y estratagemas en la administración pública municipal.
¿Aún hay más? pues sí, el nativo de culiacancito da para un libro entero de sus virajes políticos, pero eso sería enaltecer bastante sus payasadas. También ha incursionado en el movimiento de las redes sociales, como influencer, con sus memorables citas, como la de los baches o sus diarias discusiones públicas con los reporteros.
No solo la ciudad está invadida de socavones, ya que en su gestión ha demostrado ser una serie de tropiezos uno tras otro, manteniendo un pésimo control de la ciudad a la hora de las catástrofes naturales, esas colosales inundaciones que le han costado bastante a Culiacán y de las cuales el Presidente no ha aprendido la lección de cómo hacer algo al respecto en su debido tiempo para salvaguardar la seguridad de la ciudadanía, sin olvidar los desaciertos en materia de seguridad, economía y obras públicas, esta última con la delirante idea de establecer un metro bus en pleno centro de la ciudad.
Con lo desolador y desbordante que resulta ser el fenómeno del covid-19, se le vino encima una ola de reclamos de parte de la población, quien clama aun por el respaldo del gobierno municipal con el fin de reactivar la economía, no habiendo apertura para el diálogo, hasta que por fin los comerciantes lo encararon y le dieron la correteada de su vida en pleno centro de la ciudad, acción la cual dio por fin un resultado para los angustiados mercaderes. Así es, una vez más, Estrada Ferreiro fue quien protagonizó una de estas bochornosas escenas. Entonces, la pregunta obligada es: ¿Culiacán tiene presidente municipal?
