Xicoténcatl Barajas
Los productores y usuarios del Módulo de Riego número 2 de la Cruz de Elota al igual que hace tres años ya decidieron, saben por quién votar en la elección para el Consejo de Administración, lo que tiene muy desesperados a los hermanos Escobar que ven una debacle anunciada con la candidatura de la planilla verde que encabeza José Abel “Chevey” García.
El barco se les hunde, están en decadencia y los sufridos y aguantadores campesinos y agricultores que por años han cargado con su pesada cruz corren en desbandada y se refugian en otros grupos políticos y rostros frescos que sí les inspiran confianza, tal es el caso de Víctor Lara, candidato de la planilla café, quien en agosto del 2017 les pegó en el orgullo al derrotarlos en uno sus bastiones, lo cual está por repetirse el 8 de agosto de este 2020.
Mantener el control del organismo hidroagrícola ha enloquecido a los caciquiles hermanos Escobar Manjarrez, principalmente al menor de ellos, a ese remedo de político que calienta la curul en el Palacio Municipal dizque despachando como alcalde de Elota.
Para lograrlo están echando mano de todo, con trampas y artilugios, pero los productores ya no se dejan engaratusar, conocen bien sus mañas, pues el clan familiar es capaz de venderle el alma al Diablo con tal de seguir siendo los mandamases del pueblo elotense al ver que el poder se les está yendo.
Ahora, traen como candidato de una planilla al perdedor José Abel García Gastélum “El Chevey”, de raíces cenecistas pero renegado de sus orígenes, el mismo que hoy es un empedernido admirador de MORENA, aun viendo que la cuarta trasformación está destartalando el campo mexicano y acabando con los programas de apoyos que antes los productores y usuarios de riego gozaron, incluidos los voraces hermanos Escobar Manjarrez que tienen varios silos y bodegas en todo el sur de Sinaloa, como en la sindicatura de La Concha en Escuinapa y en Caleritas, Villa Unión del municipio de Mazatlán.
Por eso sus propuestas y ofertas por llegar a dirigir el Módulo de Riego no convencen, están muy trilladas y nadie se las cree, como tampoco le creen que haya dejado buenas cuentas al frente de la Junta Local de Sanidad Vegetal que representó, donde a los empleados de laboratorio les pagó sueldos «rasurados» haciéndoles firmar recibos leoninos, lo que sigue marcándolo, así como la deuda de casi un millón de pesos de cuotas del Seguro Social y el desfalco a la tesorería de la nación por concepto de ISR (Impuesto Sobre la Renta).
¿Dónde quedó ese dinero?