- Qué intereses lo mueven después de perder la elección del STASE
Xicoténcatl Barajas
Como candidato a la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado desplegó una costosa campaña como si se tratase de un proceso para gobernador; pautó y derrochó dinero en muchos medios de comunicación que le dieron cobertura a sus aspiraciones, también dilapidó en propaganda y souvenires, sin reparar tampoco en viajes de proselitismo acompañados de comidas y francachelas, principalmente en el sur del Estado donde sentó sus reales.
A Juan Gabriel Chinchillas Elizalde ni todo eso ni el “apoyo” de algunos actores políticos le alcanzó y, hoy es un ex candidato derrotado que argumenta y exige que le robaron la elección del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, queriendo cambiar la realidad de la democracia, el triunfo que con un voto se gana y con otro se pierde, y es lo que no asimila.
Pero hay quienes ven más allá de un solo berrinche en el comportamiento de quien por dos ocasiones ha sido candidato y las mismas que los stasistas le han negado que los represente como líder sindical y por algo ha de ser, la base nunca se equivoca.
Desde que Chinchillas Elizalde dio señales de querer competir de nuevo por la dirigencia del STASE fue señalado de ser emisario del grupo de Gerardo Vargas Landeros que quiere regresar por sus fueros al gobierno estatal y, durante toda la campaña los golpeteos giraron en torno a eso, sin embargo, en cuanto perdió la elección casi al día siguiente apareció fotografiado con el también aspirante al Gobierno del Estado, el senador de MORENA Rubén Rocha Moya y a los días, muy espichado se le vio salir de la oficina de gestoría de la también senadora morenista, Imelda Castro Castro.
En sus declaraciones y manifestaciones en contra del gobernador Quirino Ordaz Coppel, Chinchillas recalca que el tema del STASE no es político.
Entonces, ¿qué hace buscando acercamientos desesperados con los políticos? ¿qué intereses lo mueven? ¿Quién es su verdadero amo?
Los stasistas tienen la última palabra.