¿La última y nos vamos?, puede ser, a lo mejor, tal vez, quién sabe, solo mi Dios todopoderoso y la ciencia médica en quienes tengo puesta mi fe y esperanza pueden cambiar mi destino en estos días tan difíciles que estoy viviendo a causa del terrible coronavirus que al momento de redactar esta colaboración (9 de diciembre del 2020) hacía estragos en mi cuerpo desde hace 13 días. Con 77 años de vida y 55 ejerciendo el periodismo me siento un hombre afortunado, pues viví 53 ayeres casado con mi adorada esposa María Elsa Escalante Romero, quien hace dos años y nueve meses partió de este mundo terrenal víctima de una añeja enfermedad que la aquejaba. Junto a ella vi crecer a mis 5 hijos, todos como los dedos de las manos, (unos chuecos, otros derechos y largos), con virtudes y defectos pero nos costaron mucho, y gracias a Dios me sobreviven. Ahorita estoy bajo los designios del señor que es el único que puede salvarme de ésta. Y desde luego mis estimados y fieles lectores quisiera seguir escribiendo el desenlace del próximo proceso electoral que se vivirá el año que entra en mi Sinaloa querido, esperemos pues y no sea ésta mi última entrega periodística y, si así fuese, mucho les agradezco el tiempo que me dedicaron leyendo la Revista que con tanto esfuerzo forjé aquel 1 de octubre de 1976. A la vez, me siento tranquilo y orgulloso porque sé que mi hijo Xicoténcatl Ramón Barajas Escalante, su primo y brazo fuerte mío, Jesús Ayala Escalante y mi nieto Tonatiuh Barajas Serratos seguirán produciendo ¡Aquí Política con Tambora! con mucho empeño y responsabilidad, mientras, me despido con decir que: ¡La Libertad de Expresión es Nuestra Mejor Arma de Justicia Social!