- En el Congreso del Estado la jauría de leones colmilludos le quitarán su petulancia
Xicoténcatl Barajas
La elección del 6 de junio les cambió a los priistas por completo el escenario político y, con ello, las jugadas que ya tenían preparadas confiados en un triunfo contundente y no en la derrota estrepitosa que sufrieron por la fuerza morenista y pasista que hoy tienen todo el poder en Sinaloa.
A la vieja usanza, dejando de lado a la militancia y a cuadros positivos a los que nunca se les dio la oportunidad de crecer en las lides tricolores porque todas las posiciones fueron secuestradas desde años atrás por los mismos que solo hacían rotación, el PRI llegará apabullado con muy pocos diputados al Congreso del Estado en el que por décadas manejaron la aplanadora a su antojo.
En ese contexto, se presagia que será muy difícil el quehacer de los legisladores priístas que se estarán topando con zancadillas en sus iniciativas y puntos de acuerdo, además, defendiéndose y soportando la avasalladora fuerza política integrada por MORENA-PAS, sin embargo, tendrán que dar la pelea y tratar de cuidar las espaldas de Quirino Ordaz Coppel que, para el 1 de noviembre dejará de ser gobernador del Estado y, desde luego, el patrón de todos los que se sentarán en las curules de regalo y del único diputado que ganó por mayoría relativa en el distrito 06 de Guasave y Sinaloa de Leyva, Feliciano Valle Sandoval, en los que el mazatleco depositó toda su confianza al tenerlos como funcionarios en su gabinete y en el engranaje político.
Y es a partir de octubre, cuando rindan la protesta de ley como diputados locales, que se sabrá quien llevará el liderazgo de la minoritaria bancada tricolor en el Congreso del Estado, y desde ya, algunos hasta hacen apuestas poniéndole nombre y apellido al supuesto valiente que se quiere sacar la rifa del tigre, no por voluntad, sino, por obligación.
Para eso, anotan a quien se convirtió – sin saberse por qué- en el mandadero (no arma secreta) de más confianza de Quirino Ordaz Coppel, Ricardo Madrid Pérez, a quién durante su gobierno lo hicieron un tigre digital y de papel (con imagen de medios de comunicación) pero que será ya un indefenso gatito entre la jauría de leones colmilludos que le quitarán su petulancia, esa que lo ha caracterizado desde que se sintió intocable y poderoso, cuando “acalambraba” a uno que otro inocente a nombre del mandatario.
