¿REFLEXIÓN CIUDADANA? ¿DÓNDE?

Tonatiuh Barajas

Independientemente del color que ostente el poder en el país, el mexicano ha normalizado de forma inconsciente el hecho de saberse respaldado o gobernado por un amo, omnipotente, por encima de él, ya sea tiránico, amable o redentor, como un sueño hecho realidad. En el último caso, el actual gobierno populista representa la ilusoria satisfacción de un fantasma hambriento que posee desde las entrañas del espíritu a todo ciudadano de México, el cual, se ha transmitido de generación en generación.

Las elecciones del 2021 son un objeto de reflexión fuera de las ideologías de derecha o izquierda, para percibir el movimiento de masas que acontece en la nación mexicana, pues la irreflexión se vio completamente reflejada en las urnas electorales, donde se depositaron los anhelos individuales y se hicieron uno, ahí se condensaron las demandas de justicia, redención, apoyo y, sobre todo, cortar la cabeza enemiga de aquel antaño monstruo del régimen corrupto. La pregunta obligada es ¿esta masa ha quedado satisfecha?

Sin duda, la marca guinda de MORENA arrasó en todo el país, pero también con ello queda en evidencia la falta de compromiso ciudadano para lograr hacer un cambio verdadero, cooperando desde su fuerte, pues no solo emitir el voto consiste en llevar dicha tarea a la realidad, dado que, asumir que otros en el poder, lo harán, es una forma muy cómoda de querer que un ente benévolo resuelva toda problemática social, sin hacer alusión a ningún imperativo o mandato civil.

Los daños colaterales de no reflexionar acerca de quienes gobiernan y como lo hacen, cegados por el deseo, se dejarán observar cuando los ineficientes gobiernos por todo el país comiencen a manifestar sus irregularidades, pues oportunistas los hay por todas partes y no les importa hacerse pasar por falsos profetas para llegar al poder jugando con la ilusión de los ciudadanos.

El voto ciego termina siendo un castigo auto infligido de forma colectiva, la polarización política puede traer como consecuencia un autoritarismo indirecto donde se haga y deshaga con el país, a través de los diversos mecanismos gubernamentales e incluso la modificación de la constitución misma, suavizando su accionar a través de los discursos ideológicos que ya han hecho efecto en el psiquismo ciudadano, lo que ha permitido la diversificación de un control de corte manipulador que pasa desapercibido para quien es el receptor e incita el movimiento de masas a un fanatismo espiritual sumamente arraigado.

El efecto opiáceo del sueño dogmático pareciera que no permite tocar la realidad actual, proyectada más allá de las entrañas espirituales zombificadas o alienadas. Si algún día la población despierta de él a través del acto de “dudar” en la matrix, esperemos que el despertar no sea tan catastrófico como la cruda moral del borracho escandaloso cuando le dicen sus acciones cometidas durante la parranda.

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