Xicoténcatl Barajas
La falta de agua para el consumo humano y la crisis de salud generada por la pandemia del coronavirus están provocando sed y muerte entre los habitantes de Escuinapa.
La apatía e incapacidad del moribundo gobierno municipal que ostenta el doctor Emmett Soto Grave, tiene sumido al municipio en una grave situación que atenta contra la humanidad.
A escasos tres meses de que concluya la insipiente administración municipal que emergió de las siglas de MORENA el 2018, se percibe un panorama apocalíptico que el alcalde prefiere ignorar y seguramente quisiera acelerar el tiempo para salir de esa triste realidad que ya lo alcanzó sin poder cumplir el mandato constitucional por el que protestó y que el sufrido y aguantador pueblo le está demandando.
Si bien es cierto, que el problema del desabasto de agua en ese municipio del cono sur de la entidad ha sido el talón de Aquiles por años, también es verdad que la mayoría de los presidentes municipales que se han sentado en la silla del Palacio Municipal han hecho negocios redondos al lucrar con una necesidad tan elemental.
Sin embargo, la situación se agravó en el actual gobierno, porque la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Escuinapa (JUMAPAE) fue prácticamente diluida y se encuentra destartalada e inoperable por haberla convertido Emmett Soto en una empresa familiar, haciendo a un lado a los empleados sindicalizados, quienes técnicamente están “empapados” de lo que le hace falta.
Y ante la pandemia, el agua para la limpieza, sanidad y consumo humano tiene que estar garantizada, pero en Escuinapa no es así, la indolencia del primer edil que no se preocupa ante la tempestad es lo que la sociedad escuinapense ve con desespero y le pide hasta con súplicas para que asuma su responsabilidad y cumpla con el derecho humano de dotar de agua a sus gobernados.
Aunado a esto, el terrorífico escenario de la pandemia es real en los deficientes hospitales públicos existentes en el municipio, en los consultorios de farmacias particulares y en las propias casas de los enfermos que, sin una gota de agua les es imposible seguir con las recomendaciones sanitarias de los gobiernos federal y estatal.
La situación es caótica, así se lo plantearon algunos ciudadanos que encararon hace días al gobernador del estado, Quirino Ordaz Coppel, quien está en el ocaso de su mandato y haciendo lo que puede ante la ola de Covid-19 que azota a Sinaloa y que sigue dejando marejadas de muerte a lo largo y ancho del territorio estatal.