EL COVID-19 PONE AL DESNUDO LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD

Tonatiuh Barajas

Se vende, se renta o cerrado temporalmente, son los slogans que se pueden apreciar ahora en los grandes locales comerciales donde antes brillaba la fascinación por la mercancía en diferentes sectores de la ciudad, principalmente en la zona centro y sus alrededores, allí, territorio de los deslumbrantes colores de la moda o el fast food sostenía la cotidianidad de cientos de culiacanenses quienes atrapados por el placer efímero hacían circular el capital.

Relegados por el mismo sistema, vendedor y cliente recorren los senderos de la penuria en pleno repunte de contagios por Coronavirus, banqueros y prestamistas siguen haciendo su fortuna con la desgracia de los desamparados, algunos orillados a dicho camino para pagar una enorme cuenta en un hospital privado donde su familiar lucha por su vida, ya que, la salud pública ha sido rebasada y se ha demostrado hoy más que nunca, es de difícil acceso para la población, estar asegurado se volvió un lujo. Otros, pelean por no dejar caer su vía de sustento, tratando hasta el final de salvar su pequeño negocio, aun y con los grandes emporios en contra acaparando en el “libre mercado” a los clientes. Así es la vida de millones de mexicanos hoy en día.

Por otra parte, las funerarias y florerías están al corriente con la estadística de mortandad por COVID-19, los políticos siguen haciendo sus negocios tras bambalinas mientras afuera de los hospitales se contemplan las ineficiencias del sistema para hacer frente a la situación, también y  los trabajadores de la salud siguen sin recibir el reconocimiento debido y el respeto, dado que, las medidas de prevención son pisoteadas en masa por la irreflexión ciudadana o grupos antivacunas impidiendo el proceso de inmunización colectiva con ideologías sustentadas en la especulación, todos, síntomas de los movimientos del sistema.

El capitalismo ha demostrado una vez más su elasticidad para moldearse al proceso de cambio histórico, el mercado internauta exacerbado es muestra de ello, dejando a la deriva a quienes en el camino no pueden seguir su ritmo salvaje de producción, siendo arrojados al desamparo, quedándose con la apatía social y la indiferencia que años de enajenado consumismo han generado, en las redes sociales circulan los rostros de dolor que esta pandemia ha producido poniendo al desnudo el cómo la realidad está estructurada, pero aun así no hay un lazo social que una a la población en una lucha conjunta, solo hay ejemplos de pequeñas minorías, el humano ya no se dirige al prójimo en tanto que ser humano sino como una cosa, aplicando también un vulgar sálvese quien pueda.

Las fantasías que dan origen a las distintas ideologías, el elaborar la comprensión de su composición podría ser una de las claves para poder asumirse en esta nueva transformación de la historia, puesto que, los malestares al desnudo que circulan hoy en día son añejos, no nuevos como se ha querido vender con toda una gama clínica sintomatológica de la sociedad, simplemente se han desplazado a las representaciones sociales que circulan actualmente.

Quienes abogan por volver a la “normalidad” no han entendido que tal cosa es lo que ha llevado a la humanidad hasta este cataclismo mundial, es imposible regresar al pasado en ese sentido, el proceso histórico deja como enseñanza el replanteó de la posición que se ocupa en la realidad, el movimiento tectónico social e histórico deja vislumbrar una línea de fuga que permite desterritorializar la irreflexiva actividad humana, todo dependerá de si los sujetos serán capaces de desorientar el espejismo del egoísmo imaginario y voltear a ver la estructura subyacente que sujeta colectivamente a todos los involucrados.

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