Xicoténcatl Barajas
La Fiscalía General del Estado de Sinaloa está en su máximo punto de ebullición y puede explotar como olla de presión, pues la condensación de su vapor que emana del interior anuncia el inminente cambio del actual representante, Juan José Ríos Estavillo que mucho ha quedado a deber a la sociedad sinaloense como su abogado.
Así lo han hecho notar por enésimas ocasiones los grupos visibles de activistas, representantes de la sociedad civil, el gremio de la abogacía, sectores productivos y líderes de opinión que han participado en marchas y protestas al sentirse en la indefensión total por la falta de investigación de los delitos del fuero común y la búsqueda de una justicia pronta y expedita que jamás llega por la corrupción imperante de la que tanto se señala que existe en las entrañas de la FGE.
De ese reclamo tan persistente por la ciudadanía que quiere vivir en paz no es ajeno el gobernador electo, Rubén Rocha Moya, quien dio su pronunciamiento desde campaña en el sentido de la urgencia de hacer un cambio en el ente que en teoría es autónomo pero que se rige de otra forma, flaqueando ante la convergencia de intereses muy diversos que paralizan su acción.
Y aunque el nombramiento del Fiscal General del Estado que fue avalado por los diputados locales está vigente, hay quienes ya se mueven buscando lagunas legales o coyunturas políticas para sustituir al ex presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos que, para muchos que lo conocen, aseguran que no aprovechó el legado de la trayectoria de su señor padre, el licenciado Eleuterio Ríos Espinoza, quien fuera secretario General de Gobierno en el sexenio de Antonio Toledo Corro.
Por lo pronto, ya hay varios nombres de algunos que se dicen duchos en la materia y que quieren entrarle a la rifa del tigre, unos con padrinos y otros sin ellos, pero que los une el mismo fin, así es que, entre abogados se ven.