Redacción
Mientras que en la mayoría de los municipios del Estado de Sinaloa están pasando una gran crisis política debido a sus representantes públicos en sus respectivos Ayuntamientos, Ahome hace la diferencia con un Gerardo Vargas que se mantiene fuera del radar de la polémica concentrando su gestión en un proyecto sincrónico con el ejecutivo estatal de trabajo concreto con la gente de su localidad.
Viejo lobo de mar y con la elegancia meticulosa y racional que lo llega a caracterizar al momento del diálogo y las negociaciones, Vargas Landeros sigue sumando puntos a su imagen, pero con hechos reales que se materializan en beneficio de los ahomenses, sin ser víctima de los aires de grandeza que marean a muchos políticos y tampoco caer en la ambición de obras faraónicas como sus homólogos presidentes municipales de Culiacán o Mazatlán, por ejemplo, partiendo simplemente de dar atención a las necesidades más elementales de una sociedad.
Tal es así que sorprendió su ponencia en el Congreso del Estado para el coloquio que se llevó a cabo respecto al aumento del predial, sereno y certero a la hora de hablar, Gerardo Vargas fue claro con su postura, pues, argumentó que hay que ayudar al pueblo haciendo una buena gestión de los recursos con los que se cuenta y no solamente aumentar los costos de los pagos.
Independientemente de las ideologías y posturas que se tengan como ciudadano, el trabajo que se está haciendo en la reciente administración de Ahome es una labor calculada y razonable, sustentada, pero sobre todo real, ya que, los ciudadanos de dicho municipio comienzan a notar el cambio y por ello Vargas Landeros no pasa desapercibido como quien está orquestando tal transformación social, marcando la diferencia con toda la clase política sinaloense, que no deja de estar ni un solo día dentro del escandalo y los tropiezos.
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