Redacción
Con la destitución de Héctor Melesio Cuén Ojeda como titular de la Secretaría de Salud, quien según los allegados al gobernador Rocha Moya estaba realizando funciones más allá de su puesto, acusado incluso de boicot y, por fin explotó la bomba política en Sinaloa que venía acumulando mucha tensión desde el inicio de la administración rochista en noviembre de 2021.
Aunado a esto, se atravesó el juicio político de Jesús Estrada Ferreiro, quien parece que ahora está recibiendo una probada de su propio chocolate, pues para eludir su destitución definitiva y el fin de su carrera administrativa, dobló “las manitas” y está cumpliendo con todas las cosas que había eludido durante sus primeros 3 años como presidente municipal de Culiacán.
Por otra parte, en Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, goza de la impunidad otorgada por su padrino Quirino Ordaz Coppel, quien lo dejó bien afianzado con la nueva administración, de ahí que siga con su papel de representante del poder económico en el puerto mazatleco y haga adjudicaciones millonarias de manera directa para embellecer las grandes avenidas de los hoteleros mientras la parte popular del municipio sigue en el abandono.
Según la profética visión de Estrada Ferreiro, entre la lista negra se encuentra el “químico” Benítez, además de Gerardo Vargas Landeros, este último parece no estar interesado en los pleitos que suscitan escándalos y se mantiene concentrado en la administración pública de Ahome, ¿dará sorpresa a futuro o solo sorprenderán?
Sinaloa está viviendo un reacomodo del escenario político y los poderes que lo sostienen, de parte del Congreso del Estado, Feliciano Castro Melendrez, quien es la figura detrás de todo lo que sucede en el recinto legislativo ha declarado que no hay ruptura de la alianza con el PAS y que la destitución de quien es el líder moral de dicho partido por parte de Rocha Moya, concierne solamente a cuestiones del ejecutivo.
Un golpe que debilita a quien fuera aliado de MORENA en las elecciones del 2021, fortaleciendo el musculo de poder del gobernador, pues, ha retraído el espacio o margen de operatividad de sus antiguos aliados electorales y de quien parece para la vox populi el acérrimo rival a desarticular el resto de su administración.
¿Cuál será su siguiente movimiento? Es la pregunta que tal vez esté rondando por la cabeza de muchos implicados en las noches de desespero.
Queda claro que ahora se estará mirando una faceta de Rocha Moya más firme y seria como gobernador, con decisiones certeras y estratégicas, haciendo respetar su cargo, pues, perpetuar un proyecto de cambio social a largo plazo como el que propone, amerita ejecutar esta serie de movimientos, depurar quistes o cúmulos de intereses particulares que impiden el avance de dicho proceso, reacomodos radicales y escandalosos.
El mensaje es claro, no se tentará la mano con sus decisiones, con aliados y la estructura del poder de su parte, el brazo combatiente del badiraguatense asegura dar batalla para el establecimiento de su proyecto social pese al disgusto de muchos, el secretario general de gobierno, Enrique Inzunza Cazarez parece tener más trabajo que nunca.
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