- En Sinaloa hay diputados locales insípidos, sin pasión o bravura, que solo levantan la mano por conveniencia e intereses particulares
Xicoténcatl Barajas
Todo pinta para que, en las próximas elecciones presidenciales del año 2024, el histórico Partido Revolucionario Institucional sea borrado por completo de la historia política de México, tras casi un siglo de haber sido el grupo hegemónico en el poder, pero el cual se fue debilitando desde el inicio del siglo XXI y ha sido casi completamente fulminado con el arribo del Movimiento de Regeneración Nacional desde el 2018.
Las recientes filtraciones de audios adjudicadas al líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, “Alito”, son las estocadas finales para arrebatarle al tricolor el Estado de México, ejecutar la reforma electoral propuesta por Andrés Manuel López Obrador, desmantelar al Instituto Nacional Electoral y perpetuar al sucesor abanderado por el presidente en el proceso electoral.
Layda Sansores, gobernadora de Campeche, en su programa “el martes del jaguar” con lo que parece una vía abierta, muy obvia, para operar por parte de la administración federal, se ha encargado de desmembrar la imagen política del también ex gobernador de dicho Estado, enfureciendo a los priistas que no son afines a “Alito” y que reclaman su cabeza de inmediato, pues su mandato en el PRI ha representado grandes humillaciones políticas en todo el sexenio de AMLO.
En el caso de Sinaloa, la línea de los ex gobernadores Jesús Aguilar Padilla y Quirino Ordaz Coppel ha sido la que predomina, de ahí que se observe a la cúpula del PRI derrotada y completamente sumisa en el Estado, esperando las migajas de poder que la nueva administración morenista arroja de vez en cuando a quienes observan la crítica situación en la que se encuentra el grupo y deciden conformarse con dichas prebendas para beneficio personal, dejando a una militancia al garete.
Con la siniestra Cinthia Valenzuela Langarica al frente de dicho partido en el territorio sinaloense, las desbandadas de militantes, traiciones y agandalle de las pocas posiciones que quedan se han convertido en una constante, con algunos viejos rostros del priismo en Sinaloa que buscan una sucesión inmediata, pues, con líderes que no aportan fortaleza a la bandera priista, quieren salvar de la descomposición absoluta lo que alguna vez fue también la máxima fortaleza política en el Estado.
El trabajo en el Congreso local es el mejor ejemplo, con diputados plurinominales insípidos, sin pasión o bravura, que solo levantan la mano por conveniencia e intereses particulares con el gobierno estatal, la marca partidista se convirtió en un trampolín para muchos oportunistas, es decir: ¡sálvese quien pueda!, pues Morena va para largo.
El tiempo pasa y los cambios no se miran, si el PRI en Sinaloa busca al menos un chaleco salvavidas en el 2024, necesita fortalecer sus bases desde cero y hacer una limpia de todos aquellos personajes que no aportan nada a la renovación de las actividades políticas y que solo están sobreviviendo con los favores de las sobras de un cadáver, al que ellos mismos aniquilaron con su entreguismo.
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