ROCHA Y SU MANO CALIENTE

Redacción

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, agitó la pasividad y el confort burocrático de muchos funcionarios, al dar manotazos fuertes y certeros que se hicieron oír, tras haber declarado que todo aquel miembro de su equipo que se comporte de manera indebida con sus trabajadores y la ciudadanía en general, serán destituidos ipso facto.

Es sabido que la aspiración de muchos que incursionan en el camino de la política es alcanzar un puesto acomodaticio que les permite gozar de los privilegios del erario público, borrar su pasado y cambiar el semblante por uno nuevo que comúnmente es de carácter prepotente.

Políticos de la 4t no han sido la excepción y mágicamente, terminaron “carroceados” por el efecto económico de un puesto en la administración pública, mirando desde arriba a aquellos ciudadanos que lo llevaron al cargo, olvidando la nobleza y confianza depositada por estos.

Cansado de esta situación y previendo desenlaces que pudieran ocasionar esta clase de comportamientos, Rocha Moya ha puesto el ejemplo con firmeza, afirmando traer la “mano caliente” haciendo limpia en el cuerpo administrativo estatal, pues todo indica que el gobernador no quiere repetir los mismos errores de otras administraciones.

Preocupado por la dirección de su proyecto de gobernación, esta clase de acciones dan una imagen de seguridad a la ciudadanía, quien es la que padece los efectos de servidores públicos se embriagan con un sorbo de poder.

Independiente de las ideologías e intereses, el mensaje es claro, la línea del ejecutivo es una y nada más. Ante los embates en el transcurso de lo que es su primer año como gobernador, Rocha Moya ha demostrado que también sabe moverse, e incluso, que hay cero tolerancia dentro de su equipo, pues, los ajustes no solo se llevan a cabo contra fuerzas exteriores, sino que, dando cátedra de gobierno, afirma que se tiene que comenzar desde su propio terreno.

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