Xicoténcatl Barajas
Politizar la sanidad vegetal del campo sinaloense y mezclar colores partidistas resulta contraproducente para los productores agrícolas, sin embargo, es una práctica recurrente cuando los procesos de renovación de presidencias de las Juntas Locales de Sanidad Vegetal están en marcha.
Los campesinos del sector social ejidal y los agricultores del privado saben que la única política que a ellos atañe es la concerniente a la actividad primaria que desempeñan; la que deben de implementar los gobiernos para la mejora de esta a través de diversos programas, en los que tienen que estar implícitos los relacionados al combate de plagas de los cultivos para mantener el estatus fitosanitario que exigen SENASICA y la USDA en los productos cosechados y que son consumidos por el ser humano.
Esa política es la más importante y la que les urge, no la que pretenden implantarle a los productores agrícolas en sus regiones, la del partido guinda de la que surgió el diputado presidente de la Comisión de Asuntos Agropecuarios del Congreso del Estado, Serapio Vargas Ramírez, quien junto con líderes paleros como Agustín Espinoza Lagunas (que fuera su rival político y que lo expulsó del CAP), Ulises Gaxiola, Francisco Coronado y el doctor Emilio González (que tuvo como representante de la Coordinadora Única de Productores Agrícolas al siniestro Ernesto “Neto” Collantes que dejó en la ruina el Módulo de Riego de la Cruz ) tratan de entrometerse en el proceso de elección que es exclusivo para quienes siembran en esa región.
Caso concreto el de la JLSV de Elota, Cosalá y San Ignacio, municipios a los que están llevando un mensaje “acalambrador” supuestamente del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien de seguro desconoce que “charolean” a su nombre en ese triángulo agrícola gobernado por dos mujeres y un varón.
Vargas Ramírez y comparsas no cesan en la intentona de favorecer a su candidato José Abel “Chevey” García, quien ya presidió el organismo que añora, dejando algunos adeudos con los trabajadores, así como en el Instituto Mexicano del Seguro Social y hasta con el Servicio de Administración Tributaria por concepto de pago de Impuesto Sobre la Renta (ISR).
El cambio de los consejos de administración que tradicionalmente se viene llevando a cabo mediante planillas integradas por auténticos campesinos y agricultores, el diputado morenista Serapio Vargas lo está contaminando al tratar de quitarle la facultad de decidir libremente a los productores del sector social ejidal y a los pequeños propietarios portando un “garrote” guinda para someterlos.
Se olvida que ya son tiempos de democracia plena, instaurada por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador que, según reprueba a los conservadores y a los dueños de vidas haciendas, esos de horca y cuchillo que medraron con el sudor del pueblo imponiendo la rancia política chicharronera, esa que ahora el legislador – que también es “coyote semillero”- y que se dice izquierdista – les quiere recetar a las mujeres y hombres del campo de esa productiva y próspera zona de Sinaloa.