• Pucheta y sus sueños de reelección

Si el principal atractivo de la silla presidencial para el alcalde de Mazatlán, Fernando Pucheta Sánchez era la reelección y seguir en el poder tres años adicionales al año ocho meses para el que fue electo, al parecer tiene que irse despidiendo de ese sueño, porque por más popular que quiera ser y por más pueblo que quiera expresarse, a los mazatlecos pensantes no les acaba de gustar su forma de gobernar, de dirigirse hacia ellos de tratar a los representantes de la prensa incluso de hablar de ellos en los eventos públicos. Es cierto que el Presidente recorre casi todos los días alguna colonia popular de Mazatlán para ver en qué se está fallando, principalmente los servicios públicos, ¿qué acaso no es ésta la labor que tiene que hacer el Municipio sin que el Alcalde tenga que ir a revisar personalmente y, posteriormente dar la orden para que trabaje allí una máquina, un camión de volteo, o cualquier acción que le urge a la colonia se haga en ese momento? No, al parecer, de acuerdo con la política de Pucheta tiene que ser él quien diga, dicte y mande y, sobretodo, transmite en vivo esas órdenes, se tome la foto para las redes sociales y obviamente para el kilométrico y siempre igual boletín que envía su equipo de prensa. Claro que esto para la gente humilde es una acción grandiosa de parte de su autoridad, sin ponerse a pensar que es lo que le toca hacer, y que además ese tiempo que dedica a recorrer una colonia como si fuera reina del Carnaval podría emplearlo en buscar recursos en las dependencias federales para solucionar problemas torales de la ciudad y que probablemente heredará a quién sigue en su lugar, pues el sueño de la reelección para Pucheta tendrá que quedar en eso mientras  continúa actuando, dándole al pueblo más circo que pan, más circo qué acciones, más entretenimiento qué inversiones al puerto para que generen los empleos necesarios y su gente deje de padecer hambre o caiga en las redes de la delincuencia en la búsqueda del pan para sus familias.

Van contrarreloj

Tarde se les hace a los pretensos que quieren ver su nombre en las boletas de las elecciones de 2018; ya sea que busquen una diputación, la alcaldía, una regiduría e incluso, la suplencia de estas mismas. Por ahí se mueven muchos de ellos que son los que ahorita están ocupando sin resultados una silla en los cabildos y levantando la mano en el pase de lista en los Congresos federal y estatal, respectivamente. Claro que están en la búsqueda de un puesto de elección popular y, es por ello que los vemos en todos lados abrazando viejitas y niños como buenos samaritanos para parecer lo más cercano a su pueblo “con el apoyo” de las redes sociales que terminan con ridiculizarlos porque  ya nadie les cree que de veras quieren al pueblo de esa manera y, que lo vuelvan a abrazar una vez que lleguen allá a donde quieren que los lleve una boleta cruzada a su favor.

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