Alegre, simpático, bromista pero sobre todo humano, así es como los periodistas de la fuente municipal recuerdan al ex alcalde Sergio Torres.
Más allá de lo que se cuenta en las redes sociales, no se pude negar e trabajo incansable que realizó el oriundo de los Vasitos.
Recuerdo particularmente la mañana del 14 de agosto cuando el entonces edil acudió al corte de listón oficial del comedor comunitario en la comisaría de El Quincito en Costa Rica.
Para bien o para mal, Sergio Torres siempre ha sido madrugador y puntual. En esa ocasión llegó a las 7:00 de la mañana y como ya era habitual saludó de beso y abrazo a las encargadas de hacer la comida.
Con su estilo dicharachero comenzó a bromear desatando las carcajadas de los ahí presentes.
“Presidente, quédese a desayunar con nosotros, ándele, le hicimos una machaquita con mucho cariño”, pidieron las encargadas del comedor comunitario.
Ese día el primer edil tenía una gira larga que contemplaba las comunidades de Las Bateas, La Catorce y Villa Arredondo, además de las cabeceras municipales de Eldorado y Quilá.
Pese a lo limitado del tiempo Sergio Torres aceptó la invitación y convidó a todo su equipo de trabajo, además las voluntarias del comedor para que lo acompañaran en la mesa.
Al igual que la machaca, los frijoles y el juguito de naranja, la plática estaba buena y los temas picosos.
“Nosotros queremos que usted sea nuestro próximo gobernador”, dijo una de las habitantes de El Quincito a Sergio Torres. Éste sonrió y se limitó a decir: “Ya me caíste bien mamá, que le sirvan otro plato”. Todos se carcajearon.
“Yo quiero que sea delegado de la Sedesol, para que siga viniendo al comedor comunitario”, dijo otra sonrojándose en el acto.
La mañana era fresca prese al calor que caracteriza los veranos.
“¿Sergio Torres a la Sedesol?”, comentó una joven reportera: “pues no suena mal y hasta le queda muy bien el papel”, añadió.
Sergio Torres cambió el tema y comentó que “el objetivo de los comedores comunitarios es brindar alimentos saludables y nutritivos a bajo costo a aquellas personas de escasos recursos que por su trabajo salen temprano de sus hogares y no tienen oportunidad de preparar alimentos para ellos ni para su familia”.
Agregó que “también son una oportunidad para que los niños, niñas y jóvenes estudiantes puedan consumir alimentos calientes antes de ir a recibir su instrucción escolar, y de esta forma se concentren de una mejor manera durante las clases”.
El reloj marcaba las 8:00 y era momento de partir, Sergio se despidió de los ahí presentes y cuando tocó el turno de la joven que había manifestado se deseó por que fuera delegado, ésta le dijo algo al oído y después lo apretó fuerte del brazo diciendo en voz alta: “¡usted va a ser mi delegado de Sedesol!”.
Sergio se fue sonriendo sin perder de vista que seguía siendo el presidente municipal y desde esa trinchera seguiría dando lo mejor de si mismo para Culiacán.
Hay sin embargo quienes dicen que la profecía de aquella mujer en El Quincito podría cumplirse más pronto de lo imaginado.
