Xicoténcatl Barajas
El Movimiento Antorchista de México con ramificaciones en Sinaloa, reapareció después de estar desactivado por meses, derivado del retiro de prebendas y dádivas que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador le hizo cuando asumió el poder, privilegios que habría recibido de los gobiernos priistas y panistas del pasado, traducidos en jugosas cuentas bancarias y hasta gasolineras.
Aquí en el estado, con una diezmada presencia, pero tratando de hacer valer su estrategia basada en el estira y afloja, el chantaje y las negociaciones, Pergentino Cortés Girón amenaza a las autoridades con la realización de movilizaciones en caso de no resolver las problemáticas de las colonias populares y el medio rural, en donde según tiene influencia y dominio.
El Movimiento Antorchista fue utilizado por los políticos de diferentes gobiernos federales, estatales y municipales de distintos signos partidistas, azuzando de acuerdo a sus intereses y conveniencia de ciertos grupos, algunas invasiones de terrenos particulares y de uso público, incluso, el surgimiento de asentamientos irregulares en reservas territoriales y otros bienes del pueblo.
Lucrando con la necesidad de la gente humilde que tiene dificultades para solucionar diversas problemáticas, entre estas, la adquisición de algún pedazo de tierra o vivienda, es como ha actuado a lo largo de la historia el Movimiento que hasta se puede considerar subversivo, sin embargo, los beneficiarios son los dirigentes que acostumbrados a sentarse a “negociar” han amasado grandes fortunas.
Hoy, Pergentino Cortés hizo sonar los “tambores de guerra” ante los medios de comunicación de la capital sinaloense y con balas de salva pretende asustar al gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya y al alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, quienes seguramente ya tienen toda la información de cómo se las gasta el sempiterno líder con el afán de coaccionarlos medrando con las carestías de grupos sociales en vulnerabilidad que tienen que ser atendidos de manera directa y sin intermediarios ventajosos que vienen de otros estados a convulsionar la paz social de los sinaloenses.