ES TRICOLOR EL ADN POLÍTICO DE MORENA Y “CORCHOLATAS”

Redacción

La frase: “el PRI no se crea ni se destruye, solamente se transforma”, volvió a estar en boca a raíz de la arrasadora y hegemónica llegada del Movimiento de Regeneración Nacional a todos los niveles del poder que constituyen la sociedad mexicana con Andrés López Obrador y una serie de personajes a cuestas que han dado de qué hablar durante su sexenio.

Casi 100 años, el Partido Revolucionario Institucional fue la bandera política que sostuvo a la nación, sin embargo, conforme pasó el tiempo dicho organismo se fue degenerando y sus adeptos tomaron caminos distintos ante la falta de oportunidades dentro de sus filas.

Entre ellos, el presidente López Obrador quien pasó de ser un líder priista en Tabasco para convertirse en la cara principal del Partido de la Revolución Democrática hasta fundar el movimiento de la cuarta transformación que lo llevaría a la victoria electoral.

Él, junto a la estructura de MORENA ha sabido utilizar las viejas tácticas políticas que caracterizaron al antiguo régimen priista para hacer sus movimientos y golpes contundentes a quien se oponga a su dicho, y eso, para los conservadores es ser autoritario y represor.

Alfonso Durazo, Layda Sansores, Américo Villareal, el fallecido Miguel Barbosa, David Monreal, Miguel Ángel Navarro, Lorena Cuellar, entre otros gobernadores de importantes Estados, fueron integrantes del PRI, algunos con más de 20 años de militancia oficial.

También las famosas “corcholatas” que buscan la Presidencia de la República tuvieron su historia dentro del PRI, destacándose principalmente Marcelo Ebrard Casaubón, quien militó en las entrañas del priismo de la capital mexicana desde los años 80 hasta 1995, ocupando puestos de gran relevancia cuando este partido dominaba en esa época tan controvertida.

Adán Augusto López Hernández, por su parte fue miembro de esta facción política en los años 90 en el Estado de Tabasco, llegando a ser secretario general de dicho órgano político hasta su renuncia en el año 2001 para adherirse al PRD y apoyar a su paisano AMLO.

Mientras que, Ricardo Monreal Ávila, es quien ostenta una historia más añeja con el tricolor, pues su relación con él data desde al año 1975, llegando a ser diputado federal en dos ocasiones y senador de la república bajo la insignia del PRI, hasta su renuncia en 1998 cuando desertó al PRD y ganó la gubernatura de Zacatecas con el sol azteca.

¿Habrán dejado atrás su pasado como priistas 3 de las principales “corcholatas” que aspiran a suceder a AMLO?

La única que pareciera tener un origen congruente en la cantera de la izquierda contemporánea es Claudia Sheinbaum Pardo, cuya actividad política inició en el PRD junto a AMLO como parte de su gabinete cuando este fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, a quien posteriormente siguió hasta MORENA, siendo hoy una de las presidenciables que no está del todo relacionada con el viejo régimen.

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