* En el ocaso de su vida política Hernández Chávez juega sus últimas cartas
Xicoténcatl Barajas
Despojos del “chuquiquismo”, las viudas o polvos de aquellos lodos pretenden revivir intentando asaltar la alcaldía de Culiacán llevando como personera a la candidata de “Fuerza y Corazón por México” Érika Sánchez Martínez.
Beneficiarios de esa política arcaica y chicharronera que se encuentra en el ocaso, son los que mueven trasbambalinas la campaña de la ex regidora y ex diputada federal que, al igual que ellos, puede ser la última vez que manotee recursos públicos destinados por la autoridad electoral para financiar la simulación proselitista, aunque la abanderada se aseguró en la lista de regidores plurinominales porque su futuro es muy incierto.
Y como dice el viejo refrán: ¡a rio revuelto, ganancia de pescador!, y es ahí donde los anzuelos de los “banqueados” y desesperados integrantes del viejo clan político de Jesús Enrique Hernández Chávez “Chiquiqui” fueron arrojados para pescar los billetes y guardarlos, simulando compras y maquilas de servicios que empresas factureras de conocidos muy cercanos les proveen, por lo que para eso, tienen a su servicio a varias “manos de seda” con dedos grandes y uñas largas.
Hoteles, agencias de publicidad, restaurantes, gasolineras y una cadena de empresas de varios giros conforman esa red que puede tipificarse como delincuencia organizada, siendo el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa letra muerta para fiscalizar los recursos económicos que se le asignaron a Sánchez Martínez.
Así, con esas rapacerías la horda del “chuquiquismo” se frota las manos por regresar al poder ya ido de la Presidencia Municipal de Culiacán, cuando despilfarraron y surgieron empresas constructoras y de diversos rubros, haciéndose ricos y, esa es la razón por la que quieren a Érika Sánchez en la silla.
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